jueves, 30 de junio de 2016

A una librería

—Hola Manolo ¿qué haces tú por aquí?
—Me ha tocado repartir esta zona porque los de arriba quieren quitarse unas sacas de correo que llevan años en un rincón y no saben qué hacer con ellas.
—¡A la vejez viruelas!
—Ya te digo. Y la cuestión es que hay destinatarios que ya no hay manera de dar con ellos.
—¿Tan antiguas son?
—Algunos se han muerto, otros se han mudado... Vaya, de lo que llevo, la mitad ha vuelto a la bolsa.
—Pues peso para venir y casi lo mismo para volver.
—Qué le vamos a hacer. Oye, una pregunta, tú que llevas más tiempo aquí. Tengo por lo menos una docena de cartas para una librería en la calle del Ángel ¿la conoces? Es que no la encuentro.
—¿La librería judaica?
—Sí, efectivamente.
—Desgraciadamente la cerraron. Tuvieron problemas.
—¿Qué me cuentas?¿Qué hicieron los de la librería?
—Pues ser judíos.
—Pero ¿qué motivo es ese? Cada uno es de lo que le da la gana ¿no?
—Así debería ser pero algunos no piensan igual. Ya sabes, los extremistas. Y me da lo mismo los de un lado que los de otro, porque fueron unos los que pintaron la fachada con esvásticas y los otros con proclamas a favor de Palestina y contra Israel. En fín, que juntamos churras con merinas, algo muy típico en este país.
—¿Así que tuvieron que cerrar?
—Ya te digo. Queremos vender la idea de la ciudad de las tres culturas, la convivencia de las religiones y todo eso y al final volvemos a la edad media. Solo falta la inquisición.
—Pues una pena, y ¿no la han abierto en otro sitio?
—Que va, Manolo. Supongo que tendrían miedo, porque lo último que yo supe es que quisieron quemarles la tienda, los muy cobardes.
—Pero... pero... ¿cómo se puede hacer semejante barbaridad?¿Estamos locos o qué?¿hubo desgracias personales?
—No, creo que lo propios vecinos ayudaron a sofocar el incendio. Pero imagínate el susto.
—Me lo cuentas y no me lo puedo creer ¡qué canallas!
—En fín, es lo que hay. Espero que tarde o temprano podamos apartar a esos sinvergüenzas y no repetir la historia.
—Me has dejado de piedra, tío. Creo que ahora va a repartir lo que queda la abuela de Recesvinto. Me voy a casa. Mañana será otro día.

Calle del Ángel: Vía que atraviesa de parte a parte el barrio de la Judería toledana

Publicado el 26/10/2013

miércoles, 29 de junio de 2016

Esta calle es de Toledo

Uno de los problemas que solían tener las ciudades como Toledo siglos atrás venía dado por el espacio. Es verdad que su casco queda determinado por su historia, una ciudad encajonada, rodeada de murallas y un río, determinada por una influencia morisca de varios siglos, calles intrincadas y sinuosas, calles y callejones, muchos sin salida, recovecos constantes, llevándonos incluso a perder el norte de nuestra propia brújula y creernos perdidos tal cual Teseo sin hilo en el laberinto de Minotauro. Mitologías aparte, la actual disposición de la ciudad se produce por el aprovechamiento extremo de los espacios intramuros, uniendo solares adyacentes o tendiendo puentes con otros situados en la acera contraria, llegando incluso a apoderarse de vías públicas. Seguramente muchas calles, travesías, pasajes, costanillas, etc, han sido fagocitadas por esa necesidad de crecimiento de la propia ciudad y sus habitantes. Aún así nos encontramos con ejemplos en los que los poderes públicos han hecho sus deberes (las menos de las veces, todo hay que decirlo) y se ha conseguido que esos viales de titularidad pública hayan seguido en manos de los ciudadanos. Para ello, y por si quedaban dudas, se fija un cartelito que lo deja bien claro: "Esta calle es de Toledo". Y para muestra un botón, aunque hay otros por la ciudad.

Publicado el 9/10/2013

martes, 28 de junio de 2016

¿Es lo que ves?


Paseando por esta ciudad tan llena de curiosidades, en la que te puedes encontrar de todo, es interesante de vez en cuando mirar hacia arriba. El porqué viene determinado por varias cuestiones. La primera, muy importante, es detectar el posible movimiento de palomas (dícese de la rata con alas) tan extendidas por las ciudades y que suelen tener la fea costumbre de cagarse encima de uno sin importarles lo que les puedes llamar a continuación. A fin de cuentas ellas ya se han quedado a gusto y poco les importa lo que les puedas decir.

La segunda, y motivo de esta entrada, es el trampantojo. Según la RAE un trampantojo es una trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es. Si miramos con cierto detenimiento nos vamos a encontrar en unas cuantas fachadas el uso de esta técnica pictórica que sirve, dentro de la arquitectura, para embellecer murales sin necesidad de utilizar materiales de construcción, e incluso, añadir elementos que la propia arquitectura no nos permitiría.

Cuando Toledo comienza su decadencia como ciudad principal en favor de Madrid, muchas de las casas son abandonadas produciéndose el deterioro de las mismas. Una de las maneras que tuvieron de darlas cierto empaque sus posteriores dueños fue a través del trampantojo. Y la verdad es que hay algunos que son verdaderas obras de arte. Aunque el trampantojo más impresionante que hay en Toledo es de interior, se encuentra en la sacristía de la Catedral, ocupa 250 metros cuadrados y fue realizado por Luca Giordano a finales del siglo XVI.



Publicado el 1/10/2013

lunes, 27 de junio de 2016

Cruces en Toledo

Calle Buzones
Plaza Sto. Domingo El Real

Cuando uno tiene la suerte de poder perderse por las calles de esta Ciudad se da cuenta de la cantidad de iglesias, conventos y demás edificios de carácter religioso que puedes encontrar a tu paso. Es la herencia de siglos de Cristianismo y, sobre todo, de la primacía de la Diócesis de Toledo sobre las demás sedes. Y aún cuando la capitalidad política del Reino se trasladó a Madrid con el segundo Felipe, Toledo, siguió siendo el centro religioso.
Es posible que las laberínticas y estrechas calles no nos permitan distinguir en un momento dado el edificio que tenemos delante pero curiosamente nos podemos topar con algo que nos desvela que el edificio en cuestión es una de las muchas iglesias que hay en la ciudad. Aunque a simple vista no veamos ni su puerta, ni rótulo o cartel que lo indique nos encontramos con una gran cruz de madera en uno de los muros exteriores. La cuestión es que vemos esa gran cruz y nos preguntamos: ¿ésto que pinta aquí?. La susodicha no solo nos indica la existencia de una iglesia sino que al otro lado de la pared se haya un retablo con su sagrario, o sea, lugar donde se guarda el Santísimo Sacramento. Lo que no sé es de dónde proviene esta práctica ni porqué se realiza, y es verdad que lo he visto en otras ciudades, pero es llamativo y curioso.
Calle de los Carmelitas


Plaza de Carmelitas Descalzos

Calle de Santa Isabel











Publicado el 14/09/2013

domingo, 26 de junio de 2016

Una historia en cada calle.

—Ya te lo he dicho Manolo, que yo no reparto las cartas por esa calle.
—¡Venga hombre! No me irás a decir que a estas alturas tienes miedo de pasar por una calle porque su nombre sea ese.
—Pero ¿tú ves normal que se llame Callejón de los Muertos? Que no tío, que no paso ¿Por qué se llama así?¿No sería más lógico callejón de ¡yo que sé! el nombre de un pintor, o de un poeta. ¿Callejón de los muertos? Eso no es normal ¿Qué se esconde ahí?
—Venga cagueta, dame todo el correo de esa calle que lo entrego yo.
—No te creas que me importa parecer miedoso pero ¡zape! los muertos cuanto más lejos mejor.
—A los vivos son a los que debes tener miedo y no al nombre de una calle.
—Pero ¿por qué se llama así?
—Pues alguna historia tendrá detrás. No creo que sea porque les da a los muertos por perseguir carteros a las once de la mañana, memo. Toledo es una ciudad muy antigua. Fíjate qué cantidad de nombres raros hay en sus calles.
—Que sí que sí, pero Antonio el de la oficina me dijo que también hay un Callejón del Diablo, y otro del Infierno ¡En qué hora pedí el destino a esta ciudad!¡Con lo poco que me gustan esas cosas!
—Bueno, voy a ello que si no luego me dan las tantas.
—Vale, y gracias por repartir las de esa calle.
—Por cierto ¿te toca a ti la Cuesta de San Justo?
—Sí ¿por qué?
—¿Sabías que hay una casa en la que dicen que pasan cosas raras?
—Pero ¡¿qué me estas diciendo?! Tú me quieres matar ¿a que sí? Sí, ya lo decía mi madre que no me moviese del pueblo y que me ocupase de la tienda, y yo me vengo aquí. ¡Ay que desgracia!

Callejón de los Muertos: Calle que rodea el ábside de la iglesia de San Andrés y que antiguamente sirvió como cementerio para los feligreses de dicha parroquia.

Publicado el 3/07/2013

viernes, 24 de junio de 2016

Castillo de San Servando

Don Alfonso hacia Toledo quería volverse ya;
pero el Cid aquella noche no quiso el Tajo pasar.
"Merced os pido, señor, a quien Dios libre de mal,
entrad vos, rey don Alfonso, en Toledo, la ciudad,
en San Servando me quiero yo con los míos quedar,
que muchas de mis compañas esta noche llegarán.
La noche la velaré rezando en este lugar
y mañana al ser de día entraré en esa ciudad
y antes de comer el Cid ante la corte estará".
Le contesta don Alfonso: "Pláceme de voluntad".


El rey de Castilla entonces en Toledo se fue a entrar
y el Cid en aquel castillo de San Servando se está.
Manda que enciendan candelas y las lleven al altar,
quiere velar en aquel paraje de santidad,
a Dios estarse rogando, con Él en secreto hablar.
Álvar Fáñez de Minaya y los otros que allí están
cuando vino la mañana dispuestos se encuentran ya.


El Cid no entra en Toledo-Celebra vigilia en San Servando.
Tirada 136 del tercer cantar. Cantar del Mío Cid.

Publicado el 2/06/2013

jueves, 23 de junio de 2016

Semana Grande de Toledo


Y la torre de la Catedral hace guardia y se prepara para lo que sucederá mañana, pues ya lo anticipa la leyenda:

Tres jueves hay en el año
que relucen más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión.


Fiesta que se celebra en la ciudad desde el siglo XIV y declarada de Interés Turístico Internacional en 1980.



Publicado el 18/05/2013

miércoles, 22 de junio de 2016

Brujerias toledanas


Hallábame a escasas millas de Toledo. La tarde languidecía y apresuré mis pasos pues no quería que la noche me encontrase todavía en el camino. Tras sortear una pequeña elevación del terreno la silueta de la ciudad apareció ante mis ojos perfilándose tenuemente sobre la oscuridad que ya la rodeaba.

Conocidos me habían hablado de esta maravillosa ciudad, de la sabiduría que desprendía por sus poros gracias a ilustres y notables que a ella habían venido en busca de conocimiento y que en ella habían desarrollado cuanto traían de otros lugares. También sabía de todo esa ciencia oculta, esotérica, de extrañas procedencias, así como del Siniestro y de sus oscuras intenciones. Pero todo ésto quedaba lejos de mí, no quería ni por asomo tener el mas mínimo contacto con ello. Tenía afan de saber, sí, pero solo de todo lo que a mi buen juicio fuese para bien.
Enfilé el largo paseo que me llevaba hasta la puerta de Bisagra. Qué gran entrada para tan magnífica ciudad. Me sorprendió el gran número de personas congregadas en sus alrededores. Y en ese momento todo pasó.

De pronto una música surgió no sé de dónde, buscaba su origen y no lo encontraba. A mi derecha el llamado Hospital de Afuera comenzó a iluminarse como si cobrara vida. Las imágenes se sucedían ante mis ojos reflejadas sobre la inmensa fachada. Qué encantamiento era este. Los allí presentes parecían embebidos por lo que veían y oían. Haciendo un gran esfuerzo hui de allí en busca del amparo de la plaza pero esas alucinaciones me perseguían. En la Puerta de Bisagra me topé de nuevo con ellas y los que frente a ella se encontraban no parecían ser ellos mismos. Como pude me introduje en la ciudad pero allá donde fuese los edificios cobraban extrañas formas, cambiaban de color, sugerían diseños casi fantasmales. Dónde me había metido. Qué ciudad de nigromancia era esta. Continué a duras penas, apoyándome en los muros de las diversas fachadas que encontraba a mi paso, agarrándome a todo cuanto podía con tal de no caer al suelo mareado ante tanto sortilegio. Así llegué hasta una apartada calle donde lo único que podía escuchar eran los latidos de mi corazón. Aspiré profundamente varias veces y conseguí poco a poco serenarme. Un sopor fruto del cansancio comenzó a apoderarse de mí hasta que caí allí mismo entrando en un profundo sueño.

Desperté horas mas tarde. El sol comenzaba a despuntar. Un fuerte dolor taladraba mi cabeza. Lo primero que acerté a ver fue a un operario del ayuntamiento limpiando las calles. Traté de centrarme un poco pero a mi mente solo venían imágenes difusas que ni yo mismo sabía discernir, de figuras y sonidos de otro tiempo.
Poco a poco la claridad se hizo hueco en mí y una sonrisa se dibujó en mi cara al empezar a recordar. Maldito Alfonso y sus brebajes. Será la última vez que salga con él de marcha. Y la sonrisa se acentuó en mi cara.

Toledo Lux El Greco, espectáculo de luz y sonido realizado en los veranos de 2009 a 2012.

Publicado el 13/05/2013

martes, 21 de junio de 2016

A las puertas de la ciudad

—¿Quién eres que ante mi te plantas y qué buscas?
—Hijo tuyo soy y solo deseo que me permitas pasar.

—¿Debería hacerlo? ¿o no?
—A lo largo de los siglos a otros has permitido y unos pocos en ti forjaron leyendas que más grande te hicieron, y tu Nombre por ello han voceado.

—Es verdad que por mis puertas entraron mil gentes y que algunas quedaron, más olvidaronme otros y sin pena me relegaron.
—Tú eres grande, fuiste centro del orbe, en tí hubo pueblos que su huella dejaron.

—Bueno sí, es posible, fue en otro tiempo. Pero no nos desviemos, dices que eres hijo mío y sin embargo no te recuerdo. ¿Eres caballero? ¿cuál es tu apellido?
—¿Es eso importante? En la parroquia de San Justo fui bautizado, luego toledano soy.

—Bien dices. Y si es así ¿por qué me pides permiso?¿Acaso lo necesitas?
—De bien nacido es pedir permiso al entrar en la casa de mis ancestros y no enturbiar la paz del que allí mora.

—Respeto me muestras, Toledano de bien has de ser. Pasa y ve en paz hijo de Toledo.

Publicado el 23/04/2013

lunes, 20 de junio de 2016

Tajo con niebla

El Tajo al amanecer cuando abandona Toledo
En uno de esos días tan propios del invierno en el que esta ciudad se levanta bajo un espeso manto de niebla. En el que la luz natural casi brilla por su ausencia y todos cuantos están por esta ciudad parecen poco más que espectros que deambulan por sus calles sin aparente rumbo, apareciendo y desapareciendo ante mis ojos. En unos de esos días me vienen a la mente recuerdos de siglos pasados. Recuerdos de Garcilaso y Becquer, de soñadores decadentes, que creen ver en su duermevela a ese amor por el que atravesarían mil mares o a pesadillas de otros mundos que vienen a atormentar sus ya de por sí torturadas almas. En esos días así no se muestra el Tajo ante sus vecinos, más se le escucha que se le ve, pero pasa por mi lado tal cual espíritu burlón como ya lo hiciera antes por el de Sisebuto, Tariq o Samuel Leví.
Pues en un día así me puse a caminar junto al Tajo, y las estampas que pude llegar a percibir fueron casi una ensoñación, visiones de otros tiempos, fantasmales apariciones.

Publicado el 23/03/2013

domingo, 19 de junio de 2016

Patios toledanos

Si generalmente las casas toledanas son de gruesos y cerrados muros hacia el exterior, interiormente en muchas de ellas nos encontramos con un espacio abierto que sirve como zona de distribución del inmueble, entrada de luces y ventilación, y lugar de encuentro de los vecinos. Son lugares habitualmente no visitables, de uso exclusivo de sus habitantes, pero cuando se tiene la suerte de acceder a alguno de ellos, el forastero se encuentra con remansos de paz que lo alejan del bullicio de las calles y permiten el relajamiento propio de los que moran en la casa. También son zonas con su propio termostato ya que consiguen, al margen de la estación en que nos encontremos, que se mantengan unas temperaturas moderadas, sin demasiadas variaciones a lo largo del año.

Es verdad que no suelen ser accesibles para los no residentes, pero hay unos días a lo largo del año en que abren sus puertas a todo el mundo, y es durante la celebración de la semana grande de la ciudad, cuando se conmemora el Corpus Christi.

Lugares bellos, con alma y con mucha historia dentro, propios de una ciudad con unos cuantos siglos de vida a sus espaldas.

Publicado el 11/03/2013

sábado, 18 de junio de 2016

A vueltas con Toledo


Esta última semana he hecho la vuelta al Valle, algo que hacía bastante que no realizaba, y algo muy típico para cualquier toledano que se precie de serlo. Para quien no conozca la Vuelta al Valle, significa bordear la ciudad por el margen izquierdo del río Tajo, o como dirían los poetas, el abrazo que da el río a la ciudad.

El día acompañaba, casi despejado, pero sin hacer excesivo calor que aquí cuando aprieta ya puedes ir a esconderte. Y también es verdad que salí en torno a las nueve de la mañana que todo ayuda. Inicié el itinerario por la Avenida de la Cava cruzando el río Tajo y subí por la carretera de Piedrabuena hasta alcanzar la de Circunvalación que bordea todo Toledo. Obviamente las vistas que te encuentras desde el primer momento son espectaculares. Nos encontramos con una ciudad patrimonio de la Humanidad y eso queda claro desde el primer momento. Traigo unas cuanta fotos que demuestran lo que digo, aunque reconozco que es difícil trasladar la belleza del lugar a unas simples imágenes. La verdad es que entiendo perfectamente que tanta gente venga a ver Toledo, a conocer su historia, su arte, su gastronomía... Y la cuestión es que si miramos al frente vemos una hermosa ciudad, rodeada por su río y tal. Pero ¿qué pasa si miramos hacia abajo?
 
 


 Que nos encontramos ésto. Casi todos los rodaderos están llenos de basura, botellas, cajas de pizza, bolsas, etc. ¿Dónde reside el problema? Al margen de que esta zona no se limpia desde hace bastante tiempo, los fines de semana se llena de decenas de jóvenes con el famoso botellón. Supongo que muchos de ellos hacen uso de papeleras y contenedores pero otros tantos no. Si yo como turista me bajo del autobús, hago mis fotos estupendas y al mirar hacia abajo veo ésto pienso:
1-Los políticos como siempre pasando de sus responsabilidades.
2-Los ciudadanos pasando de las suyas.
3-¿A los toledanos no les importa que los de fuera veamos todo eso?
4- Y lo que es peor ¿Es que no me importa a mi mismo verlo?

Publicado el 13/09/2012

viernes, 17 de junio de 2016

Algo huele mal en Toledo


El otro día presenté una entrada en la cual me alegraba de volver a ver bañistas en Toledo, de pensar que aunque fuese poco a poco volvíamos a recuperar el río Tajo, que lo podríamos ver de nuevo limpio con una fauna y flora sana, en definitiva de tener un río vivo. Pues no. De nuevo esos políticos que dicen tener vocación pública dejan que la mierda lo inunde todo. Se vuelcan las aguas residuales sin depurar, se roba parte de su caudal para abastecer a otras comunidades que en más de treinta años no han hecho absolutamente nada para tratar de paliar sus problemas con el agua. En fin, que como son otros los perjudicados, nuevamente, a los políticos de este país solo les importarían los problemas del Tajo (como otros muchos) si les afectase a su bolsillo, aunque ahí no les duele porque ya hacen ellos por tener un buen sueldo. Como dice el refrán: Ande yo caliente ríase la gente. Y estos son los mismos que nos tienen que sacar de la crisis.


Publicado el 20/06/2012

jueves, 16 de junio de 2016

Bañistas en Safont

Los toledanos, sobre todo los de cierta edad, hemos conocido un rio Tajo en el cual podíamos bañarnos. Hablo de una realidad hasta los años sesenta. Desde hace tiempo se habla de que este hecho pueda volver a realizarse. Algo se ha avanzado, pero mientras nos lleguen las aguas de Madrid casi sin depurar y el caudal siga siendo tan bajo por el sangrante trasvase Tajo-Segura, nuestro río seguirá estando sucio y oliendo mal.



Al margen de reivindicaciones, hoy muestro un antes y un después de la Playa de Safont. Lugar situado a la entrada del río en Toledo por su margen izquierda. La primera es una foto muy conocida porque se vende como postal a los turistas, con un río al cual podían acudir los toledanos para paliar el calor sofocante del verano de la meseta. Por aquel entonces todavía era el río de los toledanos. Durante muchos años ha estado prohibido el baño y creo que todavía lo sigue estando, pero hace escasos días volvimos a ver bañistas en las misma playa. Supongo que serían turistas ignorantes de la realidad del río Tajo. Pero ahí estaban.
Esperemos que la instantánea no se quede en algo singular y que no tardando mucho podamos recuperar al río que da forma a esta ciudad y la hace tan peculiar. Porque recordemos que Toledo y el Tajo son inseparables. La foto la realicé desde el mirador cercano al Puente de Alcántara el día de la festividad de Castilla-La Mancha, el 31 de mayo.
Publicado el 03/06/2012

miércoles, 15 de junio de 2016

Peñascosa pesadumbre

En 2012 empecé a escribir en mi blog Un Mundo Diferente sobre la ciudad de Toledo. El blog en cuestión ha crecido en demasía y con temas algunos de ellos bastante alejados de su idea original. Como considero que merece un espacio aparte comienzo aquí a reunir todo aquello que he publicado en este tiempo sobre esta ciudad adaptándolo al nuevo blog, así como nuevos contenidos

Y que mejor manera de hacerlo que con una foto que pertenece al archivo familiar y que fue realizada por mi padre en diciembre de 1950. En el mismo mes pero del 2007, esto es, cincuenta y siete años más tarde, yo hice una similar (sin conocer la original) pero con una diferencia notable en la ubicación: el mismo árbol que en una toma se encuentra a la derecha, en la otra se halla a la izquierda. Curiosidades de la vida


"-¡Oh peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de sus ciudades, en cuyo seno han estado guardadas por infinitos siglos las reliquias de los valientes godos, para volver a resucitar su muerta gloria y a ser claro espejo y depósito de católicas ceremonias! ¡Salve, pues, oh ciudad santa, y da lugar que en ti le tengan éstos que venimos a verte!"

         Los trabajos de Persiles y Sigismunda-Miguel de Cervantes.