domingo, 10 de julio de 2016

Sefarad

Bajo una noche estrellada, una suave brisa me trae aromas de celinda.
Gratos recuerdos en mi mente y una confortable calidez en mi seno.
Una fiesta, un momento,
alguien y una mirada.
Músicas que festejan a un amor que asoma.
Un futuro en sus ojos,
Judería desde el antiguo barrio de Montichel.
un porvenir que se levanta.
En Sefarad encontré lo que no buscaba,
un alguien y un mañana.
Con las bendiciones de mi padre
y dando gracias a Yahveh
un mundo nuevo ante mí se mostraba.

En Montichel tendremos un primer hogar,
más adelante quién sabe
si en Hamanzeite o Alacaba.
Pero en Toledo, ciudad mía
sé lo que tendré:
A Dios, un amor y una vida.
En el centro de Sefarad gracias Te doy
porque me has respondido,
mientras la música festejaba a ese amor que nacía.


Si hay una música intrínseca a la época medieval en la ciudad de Toledo es la música sefardí. La que surge cuando los judíos españoles adaptaron las canciones tradicionales castellanas y las acompañaron de instrumentos árabes. Una fusión artística como tantas otras que se produjeron a lo largo de la historia. Fusiones que no entienden de religiones, razas, sexos... y que solo sirven para enriquecer aún más la cultura y estrechar vínculos.
Y en esta ciudad donde la fusión se encuentra por todos sus rincones aún aparece algo más donde menos lo esperas. Una composición medieval castellana interpretada por una mujer del siglo XXI con un instrumento sueco casi desconocido, la Viola_de_teclas.
Así que, amigo lector, cierra los ojos, imagina que paseas bajo una noche estrellada con aromas de celinda y déjate llevar por esta música. Medicina para el alma.

Publicado el 18/05/2014