martes, 28 de junio de 2016

¿Es lo que ves?


Paseando por esta ciudad tan llena de curiosidades, en la que te puedes encontrar de todo, es interesante de vez en cuando mirar hacia arriba. El porqué viene determinado por varias cuestiones. La primera, muy importante, es detectar el posible movimiento de palomas (dícese de la rata con alas) tan extendidas por las ciudades y que suelen tener la fea costumbre de cagarse encima de uno sin importarles lo que les puedes llamar a continuación. A fin de cuentas ellas ya se han quedado a gusto y poco les importa lo que les puedas decir.

La segunda, y motivo de esta entrada, es el trampantojo. Según la RAE un trampantojo es una trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es. Si miramos con cierto detenimiento nos vamos a encontrar en unas cuantas fachadas el uso de esta técnica pictórica que sirve, dentro de la arquitectura, para embellecer murales sin necesidad de utilizar materiales de construcción, e incluso, añadir elementos que la propia arquitectura no nos permitiría.

Cuando Toledo comienza su decadencia como ciudad principal en favor de Madrid, muchas de las casas son abandonadas produciéndose el deterioro de las mismas. Una de las maneras que tuvieron de darlas cierto empaque sus posteriores dueños fue a través del trampantojo. Y la verdad es que hay algunos que son verdaderas obras de arte. Aunque el trampantojo más impresionante que hay en Toledo es de interior, se encuentra en la sacristía de la Catedral, ocupa 250 metros cuadrados y fue realizado por Luca Giordano a finales del siglo XVI.



Publicado el 1/10/2013